Rosquillas de Anís 1994

    Un clásico dulce de sartén que evoca las meriendas caseras de los domingos. Estas rosquillas de anís fueron publicadas en los años 90 como parte de un recetario sencillo y tradicional. Llevan anís, aceite, azúcar, huevo y se fríen en aceite suave para que queden esponjosas y doradas. Se espolvorean con azúcar para darles el toque final.

Fuente: Suplemento El Semanal, 20 de marzo de 1994

    En la década de los 90, las revistas dominicales incluían con frecuencia recetas sencillas y tradicionales para el disfrute familiar. Las rosquillas de anís eran una de esas propuestas irresistibles, perfectas para preparar en casa con ingredientes básicos y mucho sabor. No requerían horno ni utensilios especiales, solo una sartén, un bol y ganas de cocinar en familia.

    El toque de anís, presente en tantas recetas populares, les da su aroma característico. La masa se prepara en pocos minutos, mezclando los ingredientes a mano y añadiendo la harina poco a poco hasta formar una masa manejable. Se fríen en aceite templado para evitar que queden crudas por dentro, logrando un dorado uniforme y delicado.

    Una vez listas, las rosquillas se escurren sobre papel y se espolvorean con azúcar, dando como resultado un bocado crujiente por fuera y tierno por dentro. Este tipo de repostería casera era habitual en las celebraciones sencillas o como acompañamiento del café. Hoy siguen siendo una delicia para quienes buscan recuperar sabores auténticos y recetas que pasan de generación en generación.

Tiempo estimado: 45 minutos
Dificultad: Fácil

🍃 Ingredientes:

	Ingrediente	Cantidad
●	Anís (licor)	1 tacita de café
●	Aceite	1 tacita de café
●	Azúcar	1 tacita de café
●	Huevo	1 unidad
●	Levadura en polvo	1 cucharada
●	Sal	1 pizca
●	Harina	La necesaria para formar una masa blanda
●	Aceite de oliva	Para freír
●	Azúcar	Para espolvorear

🧾 Instrucciones paso a paso:

1. 1 En un bol, mezcla el anís, el aceite, el huevo, la levadura y la sal.
2. 2 Añade la harina poco a poco hasta formar una masa que no se pegue a las manos.
3. 3 Calienta aceite en una sartén sin que llegue a humear y fríe las rosquillas por tandas.
4. 4 Sácalas a papel absorbente y espolvorea con azúcar antes de que enfríen.