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domingo, 7 de diciembre de 2025

Carne Provinciana 1955

Carne Provinciana

Carne Provinciana 1955

    Receta tradicional de la cocina española de posguerra, elaborada con carne de vaca, tocino, hierbas, vino tinto y una salsa ligada con tomate. Cocida lentamente durante varias horas en cazuela de barro, es un plato sabroso y reconfortante, ideal para días fríos.



Fuente: SEMANA Nº.799 1955 


    La "Carne Provinciana" es una preparación típica del recetario popular español de mediados del siglo XX. Su nombre evoca la cocina casera y pausada de las provincias, donde la sencillez de los ingredientes se compensa con largas cocciones y sabores profundos. Publicada en la revista Semana nº 799, de 1955, esta receta refleja el ingenio doméstico para transformar cortes sencillos en platos memorables.

    El uso de cazuela de barro, el vino tinto y las hierbas aromáticas era habitual en las cocinas tradicionales, y el añadido de tocino mechado en la carne aporta jugosidad y sabor. El toque final lo da una salsa espesa de tomate frito, ligeramente dulce, que envuelve toda la preparación y la convierte en un plato ideal para acompañar con arroz, puré o pan casero.

    Aunque su elaboración es lenta —cuatro horas de cocción—, el resultado merece la espera. Se trata de una receta robusta, pensada para alimentar y reconfortar a toda la familia, fiel reflejo de una época donde la cocina era, ante todo, sustento y cariño.

Tiempo estimado: 4 horas y 30 minutos
Dificultad: Media

🍃 Ingredientes:

Ingrediente Cantidad
Carne de vaca (en trozos grandes)800 g
Tocino80 g
Perejil frescoUn manojo
Ajo2 dientes
Cortezas de tocino50 g
Cebollas2 grandes
Zanahorias2 medianas
Hierbas finas1 ramito
Sal y pimientaAl gusto
Vino tinto400 ml
Tomate frito espeso3 cucharadas
Cebolla adicional para la salsa1 pequeña
Azúcar1 cucharadita
Harina o fécula de patata1 cucharada (opcional)
  1. 1 Comienza cortando la carne de vaca en trozos grandes y regulares, lo que permitirá una cocción uniforme durante las largas horas de guiso. Prepara un majado con los dos dientes de ajo y el manojo de perejil, picándolos o machacándolos hasta obtener una pasta aromática. Corta el tocino en tiras largas y unta cada una con el majado de ajo y perejil. Introduce una tira de tocino en el interior de cada trozo de carne: este método de mechar es clave para que la carne quede jugosa y absorba mejor los sabores.
  2. 2 En una cazuela de barro —ideal para cocciones largas por su calor uniforme— coloca primero las cortezas de tocino en el fondo para aportar grasa y evitar que la carne se pegue. Distribuye encima los trozos de carne ya mechados. Añade las dos cebollas grandes troceadas, las zanahorias en rodajas y el ramito de hierbas finas. Salpimenta al gusto. Cubre con el vino tinto hasta que la carne quede casi sumergida. Lleva a fuego muy suave y deja cocer lentamente durante aproximadamente cuatro horas, manteniendo siempre un hervor leve para que la carne se ablande sin romperse.
  3. 3 Mientras la carne se cocina, prepara la salsa final: en una sartén aparte sofríe la cebolla pequeña muy picada en un poco de grasa del guiso, hasta que quede tierna y ligeramente dorada. Añade el tomate frito espeso junto con la cucharadita de azúcar para equilibrar la acidez. Cocina esta mezcla unos minutos, removiendo para concentrar el sabor. Vierte esta salsa sobre la cazuela principal una vez que la carne lleve varias horas cocinándose, mezcla bien y deja que continúe a fuego suave. Esto unirá los sabores y dará cuerpo al guiso.
  4. 4 Cuando el guiso esté prácticamente terminado, retira el exceso de grasa que quede en la superficie con una cuchara. Si deseas espesar la salsa, disuelve una cucharada de harina o fécula de patata en un poco de agua fría y añádela a la cazuela. Remueve bien para evitar grumos y deja cocer unos minutos más, hasta que la salsa tome la consistencia deseada y pierda el sabor crudo de la harina. Sirve bien caliente.


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