Polvorones 1917

    Polvorones tradicionales elaborados con manteca de cerdo, azúcar glas, harina de flor y toques de canela y anís. Un dulce clásico de la repostería española, ideal para acompañar licores o café. Esta versión de 1917 conserva el estilo artesanal, envolviéndose en papel de seda tras el horneado.

Fuente: Revista “Cocina artística y casera” Nº 3, 1917

    Los Polvorones forman parte del imaginario repostero español desde hace siglos, pero esta receta de 1917 conserva la esencia más pura de este dulce de invierno. Elaborados con manteca de cerdo, azúcar glas y harina fina, estos polvorones se caracterizan por su textura desmenuzable, su sabor profundo y especiado, y su aroma a canela y anís.

    Tradicionalmente consumidos en Navidad, se preparaban también como acompañamiento para licores digestivos, café o chocolate caliente. En esta versión, se les da forma de pequeñas bolas aplanadas que se hornean hasta quedar crujientes por fuera y tiernos por dentro. Una vez fríos, se envuelven en papel de seda, como dictaba la costumbre de la época, convirtiéndolos también en un bonito obsequio.

    Son sencillos de preparar, pero exigen buenos ingredientes y cuidado en el horneado. Perfectos para recuperar sabores olvidados de la repostería casera española.

Tiempo estimado: 45 minutos
Dificultad: Fácil

🍃 Ingredientes:

	Ingrediente	Cantidad
●	Manteca de cerdo	250 g
●	Azúcar glas	175 g
●	Harina de trigo (tipo floja o repostería)	300–350 g (aproximadamente)
●	Canela en polvo	1/2 cucharadita
●	Anís en polvo	1/2 cucharadita
●	Papel de seda (para envolver)	Opcional

🧾 Instrucciones paso a paso:

1. 1 Coloca la manteca de cerdo en un bol amplio y añade el azúcar glas tamizado. Mezcla con una cuchara o con las manos hasta obtener una pasta suave, cremosa y completamente homogénea. Es importante que la manteca esté a temperatura ambiente para que se integre bien y dé como resultado una masa fina.
2. 2 Incorpora la canela en polvo y el anís, mezclando para repartir bien los aromas en la masa. Añade la harina poco a poco, tamizándola para evitar grumos. Continúa trabajando la mezcla hasta obtener una masa firme, compacta y maleable. No debe resultar pegajosa; si lo fuera, añade un poco más de harina hasta lograr la textura adecuada.
3. 3 Toma pequeñas porciones de masa y forma bolitas del tamaño de una nuez. Aplánalas suavemente con la palma de la mano para darles la forma clásica de polvorón. Colócalas sobre una bandeja forrada con papel de horno, dejando un poco de espacio entre ellas para que cuezan de manera uniforme.
4. 4 Precalienta el horno a 170 °C y hornea los polvorones durante unos 20 minutos. Deben quedar firmes al tacto y apenas dorados en la base; si se doran demasiado, perderán su textura característica. Una vez hechos, déjalos enfriar completamente sin moverlos, ya que recién salidos del horno son muy frágiles y se deshacen con facilidad.
5. 5 Cuando estén completamente fríos, puedes envolverlos en tiras de papel de seda para una presentación tradicional y elegante, tal como se hacía en 1917. También puedes espolvorear más azúcar glas por encima para un acabado aún más delicado. Guarda los polvorones en una caja metálica para que mantengan su textura.