Ponche Cataplasma 1917
Bebida cálida y aromática, típica de salones de té y sobremesas elegantes de principios del siglo XX. Se elabora con miel, huevo batido, vino dulce y licor de Curazao, perfumado con canela. Servido en pequeños vasos, es un ejemplo refinado de ponche de época Belle Époque–Art Déco.
Fuente: Revista "Cocina Artística y Casera", Nº 10 (1917)
Autor: Teodoro Bardají
El Ponche Cataplasma es una bebida de corte elegante que representa a la perfección el refinamiento de los salones y cafés de la década de 1910. Su preparación, sencilla pero exquisita, combina el dulzor de la miel con la calidez del vino dulce y el licor de Curazao, rematada con el perfume de la canela. Esta bebida se servía en pequeños vasos de cristal fino, idealmente caliente, para acompañar la conversación y las veladas nocturnas.
En las primeras décadas del siglo XX, los ponches eran muy populares en España y Francia, y solían asociarse con celebraciones, cafés de tertulia o sobremesas festivas. A menudo, se preparaban con productos de despensa comunes —huevo, azúcar, vino dulce— pero se aromatizaban con un toque de licor o especias que elevaba su carácter.
El nombre “Cataplasma” responde probablemente a su textura ligeramente cremosa y densa, lograda gracias a la emulsión de la miel con el huevo y el calor suave del vino. Hoy en día puede servirse como una bebida caliente reconfortante, especialmente en días fríos.
Tiempo estimado: 10 minutos
Dificultad: Fácil
🍃 Ingredientes:
| Ingrediente | Cantidad | |
|---|---|---|
| ● | Miel | 1 cucharada sopera |
| ● | Huevo | 1 unidad (batido) |
| ● | Vino dulce (tipo Ambría o similar) | 100 ml |
| ● | Licor de Curazao | 100 ml |
| ● | Canela en rama | 1 trocito pequeño |
🧾 Instrucciones paso a paso:
- 1 Coloca en un cazo pequeño la miel junto con el huevo previamente batido. Remueve con una cuchara de madera o varilla fina hasta que ambos ingredientes formen una emulsión uniforme. La mezcla debe resultar lisa, ligeramente espesa y de color marfil, sin restos visibles de huevo. Este paso es fundamental para obtener la textura cremosa característica del ponche.
- 2 Agrega el vino dulce y el licor de Curazao, vertiéndolos poco a poco para evitar que la mezcla pierda homogeneidad. Incorpora también la ramita de canela, que aportará un perfume cálido y elegante. Lleva el cazo al fuego muy suave y calienta sin dejar que llegue a hervir, removiendo de manera constante. El objetivo es espesar ligeramente el ponche y cocinar el huevo de forma suave, evitando que cuaje. La textura final debe ser aterciopelada y fluida.
- 3 Retira del fuego y pasa la mezcla por un colador fino para eliminar la canela y cualquier impureza, obteniendo así un ponche suave y sedoso. Vierte inmediatamente en vasitos pequeños de cristal fino o porcelana, preferiblemente precalentados, para conservar el calor. Sirve en el momento, caliente, y si deseas un toque final aromático, espolvorea una pizca de canela molida sobre la superficie.
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