Talos de Vitoria 1982Los Talos de Vitoria son unos dulces tradicionales de la repostería vasca, con textura esponjosa y sabor delicado a almendra y limón. Se preparan al horno y se emborrizan con almíbar y azúcar antes de adornarlos con merengue. Este postre era muy popular en los hogares en los años 80, sobre todo en fiestas y celebraciones familiares. Ideal para acompañar con café o un vino dulce.
Fuente: Revista Pronto nº 554, 1982
Autor: María Pilar
Los Talos de Vitoria son un postre que combina la sencillez de la repostería tradicional con un acabado elegante y festivo. Aunque comparten nombre con los “talos” de maíz, en este caso se trata de unos bizcochitos dulces de almendra, muy típicos en celebraciones locales del País Vasco y otras regiones del norte de España. Su textura suave y húmeda se logra al emborrizarlos con un almíbar perfumado con coñac, que realza su sabor y les da brillo.
En los años 80 era habitual preparar dulces caseros para celebraciones familiares, y este postre aparecía con frecuencia en mesas navideñas, fiestas patronales y meriendas especiales. La receta combina ingredientes sencillos —huevos, azúcar, almendra y limón— con una cocción al horno y una presentación cuidada, coronada con merengue casero. Su elaboración es entretenida pero no complicada, lo que la hace perfecta para quienes disfrutan de la repostería artesanal.
La clave del éxito está en batir bien los huevos con el azúcar para conseguir un bizcocho aireado, y en preparar un almíbar espeso que aporte jugosidad. El toque final con azúcar quemado y merengue le da el aspecto clásico de los dulces de época.
Tiempo estimado: 60 minutos
Dificultad: Media
🍃 Ingredientes:
| Ingrediente | Cantidad | |
|---|---|---|
| ● | Azúcar | 150 g |
| ● | Huevos | 6 unidades |
| ● | Almendras molidas | 200 g |
| ● | Harina | 75 g |
| ● | Limón (ralladura) | 1 unidad |
| ● | Agua | 250 ml |
| ● | Azúcar (para almíbar) | 100 g |
| ● | Coñac | 1 copa pequeña |
| ● | Claras de huevo | 3 unidades |
| ● | Azúcar (para merengue) | 3 cucharadas |
- 1 Bate los huevos con el azúcar en un cuenco grande hasta que la mezcla esté muy espumosa y aumente de volumen. Este paso es esencial para que los talos queden esponjosos. Añade la almendra molida, la harina tamizada y la ralladura de limón, integrándolo todo con movimientos suaves para no perder aire en la masa. Debes obtener una mezcla densa pero ligera.
- 2 Engrasa y enharina varios moldes redondos pequeños (o uno de 20 cm si prefieres un talo grande). Reparte la masa y hornea a 180 °C durante unos 30 minutos. El bizcocho estará listo cuando, al pincharlo con un palillo, salga limpio y la superficie esté ligeramente dorada. Retira del horno y deja templar antes de desmoldar.
- 3 Prepara el almíbar calentando el agua con los 100 g de azúcar durante unos 10 minutos, hasta obtener una textura ligeramente espesa y transparente. Retíralo del fuego y añade el coñac. Emborriza los talos aún calientes, dejándolos absorber bien el almíbar para que queden jugosos y brillantes.
- 4 Espolvorea azúcar sobre la superficie de cada talo y caramelízalo con un hierro candente o con un soplete de cocina, formando una fina capa crujiente. Monta las claras con las 3 cucharadas de azúcar hasta obtener un merengue firme y brillante, y decora los talos con rosetones o picos, dándoles el acabado clásico de los dulces tradicionales de los años 80.
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